Al principio, los Hombres de los Trajes dijeron a todo el mundo (es decir, sobre todo en televisión), que los Hombres que venían de Lejos no tenían razón por querer irse de los campamentos porque allí la comida estaba muy bien, el aire puro y sus empleados que allí trabajaban, los Hombres de los Fármacos, les cuidaban más de la cuenta. Después intentaron crear polémica. Rumorearon que los Hombres que venían de Lejos eran malos, violentos y transmitirían a los demás sus enfermedades. Cuando todo eso no funcionó, dijeron que los recién llegados quitarían los (no especialmente bien pagados) puestos de trabajo de los que ya estaban, y estos últimos pasarían más hambre. Algunos que se creyeron todo esto, empezaron a tratar mal a los Hombres que venían de Lejos. Se convirtieron en personas malas y violentas. Pero todo eso no pudo parar el resto de la gente que estaba allí que seguía entrando en casas vacías y cocinando con ellos. De esta manera, al final, los Hombres de los Trajes decidieron hacer lo que mejor sabían: llamar a los Hombres de las Armas.